por Gerardo Gómez Muñoz
Tuvo momentos duros, durísimos, la recepción de la gobernadora María Eugenia Vidal al intendente Carlos Arroyo. La entrevista tuvo lugar en La Plata y también asistió el ministro de Gobierno, Carlos Salvai.
Como reguero corrió el rumor por las galerías palaciegas de que la mandataria lo había tratado con singular energía, cuestionándole con alguna calificación para sonrojar a damas anticuadas el concurrir a pedir ayuda si ni contaba con elenco de gobierno.
En rigor, el enojo de Vidal fue para poner en caja a nuestro intendente que con ínfulas de emperador de Normandía, como dicen los chicos de hoy, “se le paró de manos” a la gobernadora, para rechazar todo tipo de monitoreo para encauzar una gestión que en La Plata saben que no existe. Es decir que conceder los fondos requeridos sería, bajo estas circunstancias, como tirarle margaritas a los cerdos.
Más que ese concepto fue imposible extraer de parte de los informantes oficiosos y reservados que consideran que eso fue el centro de la conversación. Lo demás que se extrajo, oficialmente de Arroyo, sirvió casi como de costumbre para confundir a la gente, que fue llevada a considerar que se trataba de la designación de un cargo inexistente como un jefe de gabinete o veedor de la gestión o, como diría con rápida lucidez el colega Adrián Freijo, un intendente alterno. Celeridad que empujó también a dirigentes opositores a reclamar por el atropello a los marplatenses como lo señalaron, entre otros, los jefes de los bloques de Acción Marplatense y del Frente Renovador, Claudia Rodríguez y Lucas Fiorini, respectivamente. Mientras, oportuna y diligente como rueda de auxilio del macrismo, la radical Cristina Coria desligaba al gobierno central de toda intención de acotar la libertad del gobierno municipal. Más adelante, Alejandro Vicente, secretario de Gobierno, aportó otras explicaciones para aventar inquietudes. Pero, finalmente, fue la prensa, tan denigrada por el patético lord mayor, la que brindó exactas aclaraciones para sacarlo del galimatías en que una vez más naufragaba.
Se trata de un ordenador de gestión denominado “Tablero de Control”, consistente en un programa informático que Vidal usó con éxito cuando fue vicejefa del gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Dice LA CAPITAL del domingo: “Sirve de apoyo a la toma de decisiones, no será de acceso público y contados funcionarios podrán usarlo para obtener la información que allí se procesa”.
La finalidad, en fin, será “asegurar que todas las iniciativas se encuentren alimentadas con los ejes de gestión planteados y que se asignen los recursos necesarios y coherentes”. Claro, el problema será que Arroyo, que no aprendió a usar celulares como signo de…, bueno vaya a saber de qué, y no ama la tecnología moderna, entienda que no reinan sus días en la “Insula de Barataria” y que estamos en el siglo 21.
Entre radicales y parientes
Políticos que se mueven entre la sede del gobierno y de la legislatura aseguran que en uno y otro se conocen las vicisitudes de la conducción -o falta de ella- de Carlos Arroyo y hablan tanto como de la falta de gestión como de la sorda batalla por cargos y posiciones entre dos sectores, el radical y el entorno familiar entronizado por el intendente en altos puestos.
El hijo, el yerno y la pareja del jefe comunal, en razón de su actuación, despiertan abundantes críticas. Del mismo modo despierta comentarios la impetuosidad de la secretaria de Desarrollo Social Vilma Baragiola que a fuerza de fotografiarse junto a Arroyo pretendería suceder al investigado y defenestrado Emiliano Giri, en el presumido rol de figura fuerte del controvertido elenco.
Abundan y aumentan los radicales disconformes por la imagen que brindan hacia afuera tanto ella como el secretario de Hacienda José Cano -asociado a sus ex correligionarios en su afán de poder-. También aporta lo suyo el titular de Gobierno, Alejandro Vicente -del riñón de Pagni/Katz-, sumándose al ariete que no empuja criterios de la UCR sino el posicionamiento propio, de sus amigos y el de los partidarios de sus respectivos sectores internos.Y desde ese punto de vista son funcionales -dicen los quejosos- a los criterios del secretario de Hacienda, hoy abanderado de las políticas de las restricciones de servicios en materia sanitaria, educacional, cultural y recreativas en detrimento de los sectores populares más desposeídos.
El grosero avance de los citados sobrepasa inclusive al entorno familiar del titular del sillón principal, porque a la impericia y falta de experiencia política, estos suman sus propias ansiedades personales. El titular del Concejo Deliberante Sáenz Saralegui, inclusive y porque ha osado tener criterio propio, está arrinconado y siempre al borde de una crisis final con el confundido amigo y jefe de muchos años.
¿Se avecinan novedades?
Todo el mundo parece olvidado de la Secretaría de la Producción tras el papelón del ñoqui Toty Flores, menos Vilma, que sueña con crecer también por esa área, y el propio Arroyo, que quizás acuciado desde el macrismo habría advertido que no le conviene que abunden invasivos radicales en detrimento de la gente del PRO.
En ese criterio se movería también un auténtico militante del palo, Juan Aicega que metió mano en el Puerto y desactivó lo que Giri tramaba con otro que las trae, como el trashumante Diego Garciarena.
Hay versiones que no pudieron ser seguidas ni menos confirmadas que hablan de la posibilidad de que Arroyo salte el cerco de Vilma y compañía con una designación que remontaría a las primeras conducciones del PRO en la ciudad con posteriores incursiones cercanas a Arroyo y con algo que se reclama desde todos los sectores: hombre de límpida trayectoria en su actividad comercial ciudadana y, además con una madurez lúcida, activa y exitosa. A lo
mejor en las próximas horas quede confirmada la intrigante versión.
Hay otros políticos
A muchos les llama la atención el escaso protagonismo del diputado Maximiliano Abad en el escenario local, pero en realidad se mueve y mucho a través de reservadas gestiones para la ciudad desde sus dos puestos privilegiados y sustentados por su larga militancia. Uno el de legislador donde participa en la gestión a favor de la ciudad y el otro como hombre de confianza del senador Ernesto Sanz, cuya importancia en el Gobierno nacional según “Perfil”, que el domingo le dedicó cuatro páginas y lo calificó como el hombre más importante del Gobierno nacional después del mismísimo Mauricio Macri. Su hombre en Mar del Plata y la quinta sección es “Maxi”, que prefiere la discreción y está siempre atento para llevar inquietudes marplatenses al más alto nivel, tanto provincial como nacional.
Hay otros como el titular del bloque del Frente Renovador, Lucas Fiorini, que fue en estos días centro de diversas versiones. En primer lugar que tendría un entendimiento con Gustavo Pulti por Acción Marplatense, lo que fue desmentido con claridad. Acerca de la presunta incorporación de Ariel Ciano fue claro y explícito: “No hay tal, hablé sí con Ciano, lo que dijo fue que si algún día resuelve irse de AM lo primero que hará será hablar conmigo”. Es decir si hay pase libre la prioridad la tiene el FR. Este partido no se deja embrollar por las circunstancias tan deprimentes para la ciudad a partir de los desaguisados de su gobierno. Estos favorecen la irrupción en los barrios castigados por la situación de la economía, los tarifazos y de la disminución presupuestaria en áreas claves para la atención de los pobres. Así, en los últimos días hubo reuniones en los barrios Juramento y Las Dalias, entre otros, como un encuentro en el comedor barrial “La Esperanza” y diversificando la actividad en el Museo de la Memoria, en el Faro, hubo charla organizada por la socióloga María Eva Ayala, a cargo del especialista Jorge Ammoalo, sobre “Nuevo Modelo de Educación”. Por otra parte, en el plano interno, el bloque con Fiorini a la cabeza ha logrado introducirse y lograr la plena confianza del amplio sector vinculado con el gremio gastronómico.
El peronismo kirchnerista y sus aliados han comenzado hace días la preparación de su movilización hacia Tribunales, pero dejando el flanco de la organización librado a las iniciativas de los múltiples sectores. Hay quienes hablan de colectivos evidentemente escasos y otros mencionan caravanas de autos particulares, pero ni en las redes sociales se advertían hasta ayer invitaciones concretas.
Los ferroviarios amenazados
Los políticos, los sindicalistas y la comunidad parecen estar resignados a que “desde arriba” se solucione el problema ferroviario que tiene sin trenes a la ciudad. Algunos dicen que volverían a circular en julio, otros que a lo mejor para fines del año. Nadie tiene información concreta y entre tanto los ferroviarios viven con versiones cada vez más inquietantes porque han sido “censados”, lo que en esta era macrista en muchos casos ha sido prólogo al insensible telegrama de despido. En Ferrobaires, y de acuerdo a informaciones apócrifas, a varios centenares de trabajadores ya les habría llegado la condena.